miércoles, 2 de enero de 2013

El punto del rostro donde dirigimos la primera mirada para identificar a una persona

En los experimentos, la gente tendía más a lanzar su primera mirada justo bajo los ojos, como se muestra en la imagen derecha, que directamente a estos como en la imagen izquierda. (Imagen: UCSB)




Mirar a los ojos es habitual al observar una cara, pero, en contra de lo que podría suponerse, no es el punto del rostro donde primero suele incidir la mirada del observador, ni tampoco el que ofrece el mejor encuadre para una evaluación rápida de la persona observada.

La investigación efectuada por el equipo de Miguel Eckstein y Matt Peterson, ambos de la Universidad de California en Santa Bárbara, indica que el mejor lugar para el examen rápido de un rostro es justo bajo los ojos.

Usando un sistema de seguimiento de los ojos y más de 100 fotos de rostros, Eckstein y Peterson determinaron hacia dónde miraban los participantes del experimento en el instante crucial en que identificaban la identidad, género, y estado emocional de una persona.

El primer sitio hacia donde miró la mayoría de la gente es algún lugar en el medio del rostro, justo bajo los ojos.

El motivo no está claro.

Peterson y Eckstein creen que, a pesar de que el vistazo siempre es muy breve (250 milisegundos), y de que el punto al que se mira no tiene rasgos distintivos a diferencia de otros puntos, el cerebro en realidad emplea cálculos sofisticados para planificar un movimiento del ojo que asegura el grado más alto de precisión en tareas que son evolutivamente importantes para predecir los actos potenciales de la persona que tenemos delante y nuestra reacción. Y además, esta estrategia se aplica sin que normalmente seamos conscientes de estar utilizándola.


Usando un tipo de algoritmo sofisticado, que reproduce el nivel de detalle espacial variable del procesamiento humano a través del campo visual e integra toda la información para tomar decisiones, Peterson y Eckstein pudieron predecir cuál sería el mejor lugar en el rostro donde posar la mirada a fin de reconocer la identidad de una persona, distinguir su género y captar su estado emocional aparente.

Al menos para estos tres parámetros, el lugar óptimo para mirar es bajo los ojos, porque permite obtener información de tantas características del rostro como sea posible.

El estudio muestra que esta estrategia es común, pero no necesariamente universal. El laboratorio de Eckstein está estudiando actualmente un pequeño subconjunto de personas que no miran justo bajo los ojos para identificar a una persona. Otros investigadores han mostrado que las personas del este de Asia, por ejemplo, tienden a mirar hacia un punto un poco más abajo en el rostro al identificar la cara de una persona.

Los resultados de la investigación realizada por Peterson y Eckstein pueden ser útiles para profundizar en enfermedades como la esquizofrenia y el autismo, las cuales están asociadas con patrones de mirada poco comunes, o la prosopagnosia, que es la incapacidad de reconocer a alguien por su rostro aunque se conviva con esa persona.


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